Límites digitales

La línea entre relaciones saludables y poco saludables puede volverse confusa una vez que una relación sea visible en el Internet. No siempre está claro cómo debería ser tu relación en el mundo digital, ya que cada quien establece sus propios términos para sus relaciones.

 

Empieza por considerar tus límites digitales personales:

Antes de hablar con tu pareja sobre cómo será su relación en línea, pregúntate primero qué te podría incomodar.

¿Estás bien con que te etiqueten en publicaciones o te hagan «check-in» en un lugar cuando estás con otras personas?

¿Quieres que sea pública el estatus de tu relación?

¿Estás bien con que tu pareja siga o haga amistad con personas que conoces?

¿Cuáles son las expectativas para la comunicación a través de mensajes de texto o redes sociales?

¿Estás bien con que tu pareja use tu dispositivo y vice versa? De ser así, ¿cuándo pasaría?

¿Estás bien con postear algo sobre tu relación públicamente?

Una vez entiendas cómo te sientes sobre estos puntos, habla con tu pareja y pónganse de acuerdo sobre los términos digitales de su relación.  Es posible que haya que negociar o llegar a un punto intermedio, pero recuerda que siempre tienes el derecho a decirle no a algo que no te parezca correcto o que te haga ceder el control sobre tus decisiones propias.

Tus límites digitales pueden cambiar a medida que evoluciona tu relación.

El hecho de que te sientas bien con algo al comienzo de una relación no significa que debas seguir haciéndolo para siempre. Lo contrario también puede ser cierto: puede haber algo con lo que no estabas de acuerdo al inicio de la relación a lo que eventualmente accedes. Tú y tu pareja deben sentirse capaces de hablar abiertamente sobre sus necesidades y deseos a medida que éstas cambien. Solo recuerda que hacer cambios a los términos digitales debe ser en conjunto y con respeto mutuo.

 

Mientras piensas en los términos de tu relación digital, considera lo siguiente:

Las contraseñas deben ser privadas.

Incluso si confías en tu pareja, compartir las contraseñas de tu celular, correo electrónico o cuentas de redes sociales no es una buena idea. Tienes derecho a tu privacidad digital. Darle a tu pareja acceso a tus cuentas le da la posibilidad de hacer o publicar cualquier cosa sin tu permiso. También puede controlar con quién hablas o qué estás haciendo en línea.

Para tener control sobre tu información personal, no compartas tus contraseñas y protégelas de otros.

El sexteo puede tener consecuencias.

Así como deben haber límites físicos, es importante fijar límites digitales claros sobre lo que te incomoda de las comunicaciones digitales. Una vez que envíes o publiques una foto o un mensaje, pierdes el control sobre lo que suceda con esa información más adelante. Si tu pareja te envía mensajes de sexteo y te exige que le respondas, te debes sentir cómodo explicando tus límites sin que se enoje contigo ni te amenace.

El sexteo puede tener serias consecuencias legales, especialmente si eres menor de edad. Ten cuidado con todas tus comunicaciones digitales y toma medidas para  tener mayor seguridad en línea.

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